Las
grullas de coronilla roja o grullas de Manchuria del noreste de Asia
son muy conocidas por sus gráciles danzas de cortejo: arquean el
cuello y luego saltan al aire, volviendo a posarse en el suelo con un
golpe de alas para caer de puntillas alrededor de su compañero.
Cazados por su espléndido plumaje, la población residente de la
isla japonesa de Hokkaido cayó tan solo a treinta individuos durante
la década de 1920, pero los agricultores locales intervinieron para
salvarlos, y todavía los alimentan todas las mañanas hasta el día
de hoy. Habiendo pasado por un cuello de botella en la población,
estas grullas en peligro han visto muy notablemente reducida su
diversidad genética, lo que les ha hecho en la actualidad
tremendamente vulnerables a los brotes de muchas enfermedades.
Mientras tanto, la pérdida y conversión de su hábitat de humedal
en zonas de cultivo sigue siendo una amenaza universal. En el
continente, las grullas de Manchuria todavía están en declive. El
92% de su hábitat en China se ha perdido en los últimos 30 años, y
el que poco que queda está rodeado de ciudades, granjas y campos
petroleros. Sus mejores posibilidades de supervivencia pueden estar
en Japón, donde la comunidad nacional las valora más.
https://es.wikipedia.org/wiki/Grus_japonensis |
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